Debajo de mi cama se encuentra otra cama y, a su vez, también debajo de ésta se encuentra el suelo, un suelo de color marrón claro y de parqué en el que muchas veces encuentro alguna cosa como puede ser alguna moneda, las zapatillas de andar por casa, alguna pelusilla grisácea, algún peluche de cuando era pequeño, etc . La cama de debajo de mi cama es una cama alta, no tan larga como a mí me gustaría, con un colchón gordo bastante cómodo pero no tan cómodo como el de mi cama principal y normalmente no tiene ni sábanas ni colcha ni almohada. La cama se hace cada vez que viene alguien a dormir y se le instalan todos los complementos( sábanas, almohada, colcha,…). La cama de debajo de mi cama se puede meter debajo de la cama principal permitiendo tener más espacio en el cuarto. Reconozco que cuando abro la cama de debajo de mi cama muchas veces no me siento tan cómodo como cuando solamente duermo con la de arriba, ya que me impide levantarme con más comodidad, veo el cuarto como más desordenado, no tengo tanto espacio, etc.
La cama de debajo de mi cama también me lleva a recordar muchas cosas que he vivido en ella, tanto buenas como malas, ya que en esa cama se ha realizado de todo desde que soy un niño hasta hoy en día. Algunas de las actividades que me ha dejado esa cama son las de siempre asegurar de mirar abajo para que no saliera un monstruo cuando era pequeño, el saltar en ella hasta desgraciadamente romper alguna tabla que luego afortunadamente se arregló, el haberla compartido con la gente que he apreciado, he querido y que querré, el esconderme debajo de ella cuando jugaba al escondite, el desayunar en ella alguna vez, el poder despertarme cuando duermo acompañado de la persona que quiero o he querido, etc.
En conclusión, diré que debajo de mi cama realmente hay una cama pero lo que realmente se oculta son todos los recuerdos que se han vivido en ella y que durante esta redacción me ha gustado recordar.